
Moscorpiones
El Páramo no sería tan mal lugar para vivir, si dejamos a un lado los tiroteos, el hambre, las enfermedades, los cultos de chiflados, los putos Mutardos, la radiación, las bestias feroces y la bruja asquerosa de mi suegra, si no fuese por los moscorpiones. Sí, esos vampiros voladores que se cuelan en tu kelo mientras duermes por el verano y te meten unos picotazos que lo flipas. Esos.